El otro día me puse a ver las fotos que he tomado desde que llegué y la mayoría son fotos de comida. Y es que cada vez que salgo a comer es una nueva aventura porque no se que voy a pedir o que me van a dar así que llevo un registro de lo que como 😀
Corea tiene una variedad de comida impresionante y aquí es mucho más barato comer afuera que preparar uno mismo la comida, por lo tanto las salidas para almorzar y merendar son diarias. A mí esto me encanta porque no es que me guste mucho cocinar y peor si es para una sola persona es fatal, por lo tanto salir a comer es la mejor opción y la más económica.
Lo más difícil de salir es decidir qué comer, porque las opciones son tan variadas que no sabes a donde ir. Y cuando ya decides entrar en cualquier restaurante hay tantas cosas en el menú que terminas mareada, pero siempre satisfecha.
Un mito acerca de la comida coreana es que toda la comida sea picante, y no es así si hay comida no picante. Sin embargo, si quieres probar los platos más famosos tienes que ser capaz de aguantar el picante. Tengo amigos que llegaron y no comían nada de kimchi por lo picante que es, pero con el tiempo sus papilas gustativas han ido tolerando más y más el sabor picante y ahora ya lo comen con más agrado.
Comer en la calle es otra opción, lo he hecho varias veces y no he quedado decepcionada por el sabor. Además que después de ver tantos dramas donde comen en la calle a uno de la curiosidad por probar y constatar si es tan delicioso como lo hacen parecer en la televisión y definitvamente lo es.
Y para los golosos, pues las cafeterías sirven deliciosos postres que son un poco grandes para una sola persona pero siempre hay la posibilidad de ir con alguien más para poder compartirlo.
Bueno ya me dio hambre a mi también. Espero que les haya gustado.
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